Rafael Nadal: Una leyenda hecha polvo

25.05.2015 08:54

Durante los últimos diez años, se hizo común ver en los domingos de abril y mayo una postal en los principales torneos de la gira europea sobre arcilla: la del español Rafael Nadal demoliendo a sus rivales para obtener la corona. 

Esas postales pasaron a catapultar al tenista ibérico en toda una  leyenda en polvo de ladrillo por las nueve coronas alcanzadas en Roland Garros, el torneo más importante del mundo que se juega sobre esta superficie, erigiéndolo como el máximo ganador de un mismo Grand Slam.

Y fue el 5 de junio de 2005 cuando el nacido en Manacor comenzó su romance con el Major francés. Pese a que ese año hacía su debut en Bois de Boulogne, Rafa llegó como claro favorito por el impresionante registro previo en tierra batida -Montecarlo, Barcelona y Roma- y lo ratificó al vencer en la final al argentino Mariano Puerta en cuatro sets.

"Sabíamos de su potencial. Pensábamos que tarde o temprano iba a estar entre los grandes. Se veía en la pista a un joven con hambre, que no respetaba la fama del rival más prestigioso, y su bola iba a una velocidad que en el circuito no se conocía. Algunos tenistas que lo vieron crecer, como Carlos Moyá, decían: ‘Ese va a ser el mejor de todos’. Álex Corretja, entonces 17 del mundo, se había quedado impactado después de ver como dos años antes aquel joven le había ganado un primer set en la segunda ronda del torneo de Barcelona", recuerdaDagoberto Escorcia, especialista en tenis del diario hispano La Vanguardia.

Por su lado, Eduardo Puppo, periodista argentino experto en la disciplina, rememora: “No fue una sorpresa su puesto en la final, obviamente por lo realizado en la previa y su extraordinario poder físico, y lo sacó adelante para iniciar esa relación histórica con Roland Garros que, pase lo pase de aquí en más, será una marca increíble”.

Desde ahí Rafa encadenó una racha espectacular de 66 victorias y una sola derrota hasta la fecha, donde solamente el sueco Robin Soderling fue el único capaz de sacarlo del camino.

De hecho, desde España admiten que jamás pensaron en que podría lograr la carrera con el impresionante registro hasta el momento. 

"No lo imaginábamos ni de broma. Además, la gente comenzó a decir que lo que estaba haciendo Rafa era increíble.  Si bien, veníamos de una etapa de grandes jugadores como Álex Corretja, Carlos Moyá ó Sergi Bruguera, Rafa abrió una nueva pauta”, resalta Manel Serras, histórico especialista en tenis del diario El País.

Dagoberto Escorcia coincide con su colega. "La aparición de Nadal resultó todo un boom pese a que el tenis español llevaba años dominando en torneos de tierra. Desde Sergi Bruguera y Arantxa Sánchez, el dominio español había sido total en París. También Moyá, Ferrero y Albert Costa habían ganado este título. Pero Nadal lo disparó todo. Licencias federativas, número de aficionados y llevó el deporte español a lo más alto", analiza.

 

Se lo tragó la tierra

Pero todo principio tiene su final, y con Nadal parece no ser la excepción. Justo a diez años de su irrupción en el circuito, al ibérico prácticamente se lo tragó la tierra, su superficie favorita, y desapareció de las instancias finales. En esta temporada, el balear arriba a Bois de Boulogne con un sólo título, conseguido enBuenos Aires en febrero pasado. Con eso, por primera vez desde que logró explotar su nivel, afronta el Major galo sin una corona en la arcilla europea, y con un ranking fuera de los cuatro mejores, al marchar en el séptimo casillero.

"Actualmente tiene un problema de confianza. Tiene tenis para igualar desventajas ante los rivales, pero en el momento de superarlos le entran las dudas. Es normal que su tenis haya sufrido un gran desgaste, y que mentalmente hoy no tenga el mismo coraje que tenía cuando empezó", explica Escorcia.

Para Serras, lo de Rafa también tiene que ver con un aspecto más psicológico que físico. "El año pasado tuvo lesiones que lo condicionaron. No jugó casi nada en el final de la temporada.  Este año creyó que estaba bien, pero no regresó a plenitud. Eso, mentalmente le perjudicó", enfatiza.

Puppo también se refiere a la baja en el nivel del balear. "El problema para él es darse cuenta que, quizá, sus tiros ya no causan el tremendo daño de antes y que los rivales encontraron un antídoto para compensar equivalencias", sostiene el trasandino.

 

Djokovic, la amenaza

Además, la fortuna tampoco parece acompañarlo. El viernes, cuando se realizó el sorteo del cuadro principal, fue ubicado  por el mismo lado del serbio Novak Djokovic, actual e indiscutible número uno del mundo, y ambos podrían encontrarse en un eventual partido de cuartos de final.

Nole vive una realidad completamente opuesta a la del hispano. El balcánico marcha invicto en arcilla y ganando todos los torneos importantes del 2015, como el Abierto de Australia y los Masters 1.000 de Indian Wells, Miami, Montecarlo y Roma. 

Por lo mismo, en este 2015, por primera vez Nadal no es el gran favorito para ganar el torneo, cosa que en otros años hubiese sido un disparate. De todos modos, los expertos no descartan que el Matador pueda conseguir el décimo trofeo en París y extender su dominio en Francia.

"Últimamente ha subido de nivel. Lo vi bien en Roma y Madrid,  y en este Roland Garros puede dar un golpe. En un eventual cuartos de final ante Djokovic, le veo posibilidades si el partido se alarga a cinco sets", desliza Serras.

"Me gustaría saber cuántos apuestan hoy porque este Nadal no ganará Roland Garros", se pregunta Escorcia.

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